La independencia de las comisiones de garantías de Podemos

He tenido noticia, primero con interés, después con indignación, de un “Manifiesto por una Comisión de Garantías independiente y eficaz”, que dice ser ajeno a cualquier candidatura, defendiendo la independencia de estos Órganos como objetivo irrenunciable para Vista Alegre II.

Sólo puedo sentirme furiosa al recordar mi experiencia personal, como presidenta de la Comisión de Garantías Democráticas de Canarias, con la primera firmante de dicho manifiesto, entonces miembro de la Comisión de Garantías Democráticas estatal. Es increíble la osadía para deslizar críticas y reivindicar independencia por parte de quien fue la causante directa, expresa y personalmente de la dimisión de varios miembros de la Comisión de Garantías de Canarias y su posterior disolución, por falta de quorum, a través de una actitud de intolerable acoso y presión para que dimitiera, dado que las resoluciones que esta Comisión había dictado parece ser que no eran acordes con las directrices para Canarias de la Secretaría de Organización estatal de entonces.

Además de faltarme al respeto a mí directamente con diferentes amenazas y acusaciones falsas, llegó al extremo de defender, promover y apoyar ella misma una denuncia contra esta presidenta y el secretario de aquella Comisión de Garantías canaria. La denuncia no prosperó, pero cumplió su objetivo de bloquear y evitar varios expedientes abiertos en Canarias, como ha reconocido la denunciante.

Veo que situaciones similares se han ido sucediendo en otros lugares. Veo en la propia página Web de Podemos una nota de protesta de la también presidenta de la Comisión de Garantías Democráticas, en este caso de la estatal, contra el acoso en redes llevado a cabo por ese sector del anterior Secretario de Organización, acoso orquestado en redes sociales contra otra resolución que parece ser que no fue de su agrado.

Y veo ahora mismo disolverse a la Comisión de Garantías de la Comunidad Valenciana, que parece haber osado criticar la política de contrataciones de la dirección política de esa Comunidad, curiosamente afín también al sector de la primera firmante del manifiesto, y sólo puedo preguntarme ¿habrán dimitido a base de las mismas presiones que yo recibí, o haciendo dimitir a sus afines?

Quien dice la verdad y nada espera no les tiene miedo. Sus campañas de acoso, público y privado, no pueden esconder el atrevimiento de reclamar independencia para las Comisiones de Garantías Democráticas sólo cuando les interesa. ¿Es eso lo que pretenden? Parece ser que las Comisiones de ahora no les gustan. Por eso las critican, las presionan y las disuelven. ¿Pero es eso lo que entienden por independencia?

Porque a lo mejor es precisamente ahora, visto desde fuera como una simple inscrita en Podemos, cuando hace falta subrayar la importancia que tiene para la marcha y consolidación de PODEMOS unas Comisiones de Garantías Democráticas con un funcionamiento ético y responsable, independientes y protegidas de las presiones, ajenas a las directrices políticas y a las guerrillas de redes. Sólo así se tomarán decisiones que unas veces gustan y otras no en un trabajo complejo e ingrato que necesita del respeto y la colaboración de todos los miembros del partido; que debe contar con un presupuesto para desarrollar su trabajo; que necesita mejorarse, pero no desde el reclamo de una supuesta “independencia”, que aunque sólo sea por las críticas que recibe de un grupo tan sectario, parece ser que existe más de lo que les gustaría, y que –desde luego- si personas como la principal promotora de ese manifiesto quieren cambiar, entonces debemos entre todas y todos defenderlo, con sus errores y aciertos, hasta que den cuentas de su trabajo a la ciudadanía que las ha elegido, que es lo fundamental.

Espero que, después de Vista Alegre, las Comisiones de Garantías Democráticas puedan seguir siendo independientes.