Espacio de opinión de Canarias Ahora
Local, presente y futuro
La inyección de los mil doscientos millones de euros, consecuencia de los indicios de la recuperación económica y del aumento de los ingresos del Estado tras la subida de impuestos, hacen que los ayuntamientos sean, en la práctica, las únicas administraciones donde aquéllos experimenten un crecimiento. La medida, en cualquier caso, favorece no sólo el rigor presupuestario sino que se mantengan tanto la reducción del déficit como la contención de la deuda. Eso se comprobará el año próximo en las liquidaciones y las auditorías respectivas.
Como favorece también las opciones de endeudamiento, esto es, que aquellos consistorios cuya gestión económico-financiera haya sido más consecuente y responsable, o lo que es igual, los que tengan un nivel de deuda que no supere el 75% de los ingresos corrientes, podrán realizar en el próximo ejercicio operaciones de endeudamiento sin superar ese porcentaje total y para financiar inversiones.
El alivio, pues, es considerable, máxime en el momento que se registra, cuando hay que elaborar los siempre complicados presupuestos de un año electoral y cuando hay que dar respuesta no sólo a las demandas sociales ya apuntadas sino a la prestación de los servicios básicos sin merma de su calidad y cobertura.
Pero no nos engañemos, munícipes, no estamos ante la panacea. Es más, puede que con estas medidas se esté cerrando un ciclo: habíamos puesto punto final -o al menos eso se decía en algunos discursos teóricos y programas discursivos- a los paternalismos y el Estado, 'papá' Estado, no va a volver al rescate de los ayuntamientos en mucho tiempo.
En efecto, las corporaciones locales deben plantearse su futuro conscientes de una nueva realidad, a la que tendrán que adaptarse afrontando medidas de indispensable aplicación. Los próximos dos mandatos, ocho años, serán decisivos para superar la actual situación: reformas, nuevo modelo productivo, otro sistema de financiación, políticas de personal, estructuras orgánicas? Lo local tiene que experimentar unos cambios sustanciales. Veamos que incluyen los partidos políticos en sus respectivos programas, a la hora de hacer creíbles y viables los modelos que diseñen.
Y es que la reducción del déficit no sólo es cosas del Gobierno sino también de las comunidades autónomas y de los ayuntamientos.
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