Murgas, gays y mariconadas

La ignorancia es atrevida, pero la falta de ignorancia debería estar también sancionada en el Código Penal o, por lo menos, en algún código deontológico. Lo mínimo que se le debe exigir al responsable de cualquier colectivo social es que se informe un poquito de las funciones de las instituciones públicas, sean ayuntamientos, cabildos, o tribunales de derechos humanos. Antes de presentar la denuncia y anunciarla públicamente, el portavoz del denominado Frente de Liberación Gays y Lesbianas (sic), Pedro Aníbal de Armas, podía haber invertido dos minutos de su tiempo en conectarse a internet y conocer para qué sirve el Tribunal de Estrasburgo, así hubiera sabido que para los 45 jueces europeos le admitan su demanda: “deben haberse agotado previamente todos los recursos internos, la solicitud debe de ser presentada dentro de un periodo de seis meses desde la fecha en que la parte que denuncia la violación sea notificada de la decisión interna final, la solicitud no puede ser infundada ni manifiestamente incompatible con la Convención Europea, el solicitante debe haber sufrido una desventaja significativa”.

La demanda no será admitida porque no cumple ninguno de los requisitos mencionados en el párrafo anterior. El portavoz del colectivo de homosexuales ha presentado una denuncia por las canciones de las murgas de un carnaval que no ha empezado todavía, y por tanto oficialmente esas canciones no existen todavía. Lo único que ha logrado Pedro Aníbal es cabrear a muchos murgueros y murgueras sin necesidad ninguna. Pero eso es lo de menos. Creo que lo peor es que su denuncia contribuye a desprestigiar al colectivo de gays y lesbianas se ha ganado un protagonismo social después de muchos años de trabajo serio y comprometido.

Desde el colectivo Gamá (gente seria y comprometida) se desmarcaron ayer de la acción del Frente de Liberación Gays y Lesbianas (si ese es su nombre oficial además de una asesor jurídico necesitan un asesor lingüístico). La portavoz de Gamá, Silvia Jaén, manifestó que estaban en contra de la denuncia por considerarla “excesiva, ineficaz así como un disparate desde el punto de vista jurídico”.

Creo que la denuncia es una solemne frivolidad. Porque si acudimos a un Tribunal de Derechos Humanos para denunciar que las murgas tienen unas letras donde dicen “chicharreros maricones o canariones mariquitas”, terminaremos viendo a los colectivos feministas en el Tribunal de Estrasburgo para denunciar a unos albañiles que le dijeron a una muchacha “eso es un cuerpo y no el de la guardia civil”.

Para que quede clarito no me gustan la mayoría de las canciones de las murgas. Una de las experiencias más desagradables que he pasado en carnavales es formar parte del jurado del concurso de murgas. Sentarse frente al escenario a escuchar canciones ombliguistas, que hablaban del concurso del año anterior, y te amenazaban con meterte en un ataúd si ellos veían tongo en la deliberación del jurado, sentir que algunos fanáticos del público te clavaban los ojos en la espalda y vigilaban tus movimientos a ver si estabas compinchado con alguna de las murgas, esa experiencia la tuve el año pasado cuando acudí a la llamada de Tino Cebral para formar parte del jurado. Lo pasé fatal, realmente me sentí amenazado, pero no se me ocurrió acudir al Tribunal de Estrasburgo, aunque sí pensé en acudir a casa de Tino para borrarme de su lista de amigos (una y no más santo Cebral).

La homofobia es un problema muy grave que hay que combatir desde la inteligencia y no desde la ignorancia. Con las barbaridades que hemos escuchado a algunos radiopredicadores de la Iglesia, que gastemos energías en el carnaval es una auténtica falta de ignorancia. Sería bueno que el portavoz del Frente de Liberación de Gays y Lesbianas acudiera a una actuación de Xayo. Podría comprobar que humor, homosexualidad y mariconeo forman una combinación extraordinaria que no viola ningún derecho humano, al contrario, promueve el derecho a la risa. Aunque me da miedo y a lo mejor Pedro Aníbal termina denunciando a Xayo en Estrasburgo. La verdad es que lo que hizo este Frente de Liberación Gays y Lesbianas es un exceso, o, mejor dicho, para entendernos y correr el riesgo de que me lleven al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la denuncia contra las letras de las murgas ¡es una auténtica mariconada!

Juan García Luján