La promesa más increíble

- Aquí te pillo y aquí te opero. El personal, no obstante, ya está bastante escaldado al respecto –la democracia será todo lo joven que ustedes quieran, pero ya hemos vivido procesos electorales suficientes como para aprender y escarmentar- y no se cree ni de la mitad de la misa la media. A la hora de la verdad, vota el gentío mayormente a quien piensa que, dentro de lo posible, quizás pueda hacerlo mejor y más honradamente que los demás. Dejémonos de coñas y de trascendencias. Lo raro, lo verdaderamente extraño, es que un líder político y, sobre todo, un líder nacional, como Mariano Rajoy, acuda a estas ínsulas para lanzar la más increíble de las promesas y, lo que resulta todavía más intrigante, sin necesidad ninguna. Porque, no creo que la afirmación de su presidente de que el PP va a traer a Canarias “sensatez, sentido común y sentido del humor”, vaya a entusiasmar mucho al votante. Don Mariano se acordó del sentido del humor en el mitin de Gáldar y allí lo soltó para perplejidad de muchos de los simpatizantes de su partido, que no habían detectado esa virtud en el principal dirigente popular del Archipiélago. Si don José Manuel Soria tiene, de verdad, sentido del humor, debe atesorarlo como un bien a utilizar en casos de emergencia o reservárselo, seguramente, para los momentos más íntimos, porque, así, en público, si quieren que les diga, no se le nota jamás. Uno echa de menos en nuestros políticos –y no está mal, desde ese punto de vista, que Rajoy haya sacado el tema a la palestra– el sentido del humor que acaso diluyera un poco e hiciese más digerible el sentido de la crispación y la tendencia a la bronca que suele ser tan habitual en estos tiempos. Pero, si los socialistas carecen de esa cualidad y CC parece desconocerla por completo, tampoco el PP puede presumir de exhibirla o, al menos, de utilizarla en su relación con otras fuerzas políticas. Más bien, todo lo contrario. Parecen estar más por el ladrido y la dentellada, que por la finta ingeniosa y la sonrisa. ¿Que el PP va a traer el sentido del humor a las Islas? Va a ser un poco difícil, porque no se puede distribuir graciosamente aquello de lo que se carece. Al margen de que, fuera de la clase política, que es ceñuda de por sí y, a veces, hasta cómicamente seria, el personal isleño suele ser bienhumorado, risueño y dado al respetuoso vacile. Nos sobra de lo que se nos ofrece, don Mariano. Otra cosa es que, en este país, la diestra siempre cultivase mejor el humorismo que la izquierda. Eso es históricamente cierto. Pero, hasta en eso es posible que los tiempos estén cambiando más de lo que piensa el señor Rajoy.

José H. Chela