Espacio de opinión de Canarias Ahora
El reto
2020 ya pasó. Pongámonos en 2021. Y nos vamos al ejercicio siguiente porque un actor tan importante como es la propia administración pública, que representa en Canarias un 17,67% del Producto Interior Bruto, tendrá que reposicionar su papel. No se está pensando en una profunda metamorfosis, y menos en el plazo que tiempo que queda habida cuenta de la poca velocidad con la que suele mover sus cimientos, sino en un reposicionamiento, algo que sí es plausible. Y ¿por qué? Porque la disminución de la tributación dificultará cumplimentar las estructuras presupuestarias, teniendo que acudir al endeudamiento. Pero la deuda no puede ni debe ser infinita, porque el utilizar este instrumento hace que en las generaciones futuras que deban devolver el principal y los intereses no puedan utilizar la plena capacidad recaudatoria en la mejora y consolidación de los bienes y servicios públicos.
Por ello, será necesario e imprescindible incrementar su productividad a través de la innovación de la gestión y la simplificación, con la finalidad de poder disminuir los costes de transacción aparentemente intangibles al ser la moneda de cambio el tiempo, en virtud de lo cual, los diferentes niveles de la administración pública han de reforzar sus niveles organizativos y formas de actuación con el objeto de alcanzar una mayor eficiencia y eficacia en su gestión, porque debe aportar al resto de la economía las bases necesarias, no sólo para mejorar su competitividad en una economía global, sino también para interactuar entre los distintos componentes porque, además de ser un agente más que entra en clara competencia con el resto, es el que pone las reglas y tiene la responsabilidad de hacerlas cumplir.
La seguridad no puede dar como resultado el inmovilismo. Como consecuencia, los diferentes ámbitos gubernamentales deben plantear la necesidad de trazar una reforma profunda de sí misma que no significa una mera telematización de los procedimientos, con el objeto de tener un papel más allá de uno meramente asistencialista, basada en la realización de una serie de prestaciones y de servicios gestionados directamente, para convertirse en instituciones dinamizadoras que hagan sentir que existe una verdadera contraprestación de los tributos abonados a cambio de más y mejor información, más y mejores bienes y servicios, elevando la calidad de los mismos a través de un incremento de la eficiencia en la gestión. Es decir, pasar del mero gasto a la conciencia del coste. De esa forma se podría alcanzar el conocimiento necesario para escrutar la realidad del importe de los servicios prestados con relación al entorno competitivo del mercado valorando, como no podría ser de otra manera, otros aspectos menos monetizables no basados en la pura rentabilidad financiera.
La motivación final se muestra como una reacción frente a la creciente tendencia a la burocratización conjugada con la insatisfacción sin tener en cuenta la calidad de conocimientos de la que se dispone, al aparentar ser organismos estáticos. No obstante, hay otros motivos dentro de la gestión que tienen que ver con la existencia, o no, de los recursos financieros necesarios. En este caso, la reordenación va a ser casi obligatoria, debido a la crisis fiscal que, con mucha probabilidad, aparecerá, ya no solo por el lado de los ingresos, sino por el de los gastos también, derivada de la creciente demanda de servicios.
¿Se está queriendo decir que “sobra” parte de lo público? Rotundamente, no. Entonces ¿falta? Dotando de honestidad a la reflexión, se debe incrementar su eficacia a través de los procedimientos e, incluso, del redimensionamiento interno, ya sea en tiempo o en resultados, debido a que, como ya se ha dicho, no es un agente pasivo tramitador. Es un agente activo dinamizador. Ahora bien, su existencia y dimensión no es una imposición divina. En una elección más. Y, por último, no. No es gratis. Es abonado por la colectividad para que, aquellas personas que no puedan acceder a determinados bienes o servicios públicos, entre toda la sociedad se colabora para que sí pueda hacerlo.
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