Espacio de opinión de Canarias Ahora
Rivero y los precios
La verdad es que Rivero, desde la presidencia de estos menudos y lejanos peñascos atlánticos, poco va a poder hacer para paliar los efectos de una situación internacional que afecta a todos los países de nuestro entorno (basta con enterarse de cómo crece la inflación en cada uno de ellos) y que ni él mismo ni sus asesores ni las fuerzas sociales a las que pida consejo, colaboración y ayuda van a poder influir demasiado ?imagina uno, no sé? en el precio del barril de petróleo o en el fenómeno de la subida del coste de los cereales, dos factores que repercuten de manera formidable en lo que pagamos por un pollo, un bistec o una barra de pan, pongamos por caso. En lo que se refiere al transporte de los productos está claro que nuestra situación geográfica empeora las cosas.
El Gobierno autónomo ?éste o los anteriores? ¿pueden o podrían haber hecho algo para que la crisis actual ?y la venidera, porque ya se anuncia que la carne se incrementará un 10 por ciento tras estas fiestas? no nos hubiesen afectado tanto como nos afectan y nos afectarán?
Seguramente, sí. Cambiando el modelo económico, no dejando languidecer y morir el sector primario, de forma que nuestra dependencia del exterior disminuyera en parte. Aspirar al autoabastecimiento con nuestro territorio y densidad poblacional es ciertamente un disparate, pero depender en un 85 por ciento de las importaciones parece un suicidio. Otra de las actuaciones que estaban en manos de las autoridades autonómicas era obligar a que el REA favoreciese favorable y directamente al objeto final de las ayudas: el consumidor. Y eso nunca sucedió así gracias a la picaresca empresarial.
Algunos de los colaboradores que el presidente se ha buscado para esta misión condenada a un fracaso estrepitoso, podrían efectivamente hacer algo por los precios: rebajar sus márgenes de ganancias y aumentar los misérrimos salarios de sus empleados. Pero, si alguien cree que van a encarar tan “enorme” sacrificio, puede estar seguro de su merecida candidatura al premio Nobel de la ingenuidad.
José H. Chela
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