Espacio de opinión de Canarias Ahora
Silencios
Inevitable resulta acordarse estos días de la medida que ha tomado Gallardón para que, finalmente, se puedan celebrar los conciertos en la Plaza de Chueca con motivo de la celebración de las fiestas del Orgullo Gay. Serán conciertos silenciosos, con los artistas encerrados en una especie de pecera de cristal y los fans bailoteando con sus cascos puestos. La imagen resulta, en un principio, curiosa, pero a poco que te pares a pensar acabas deseándola como solución a tus noches de insomnio durante las fiestas patronales de tu pueblo. Noches veraniegas de conciertos silenciosos. La panacea. Habrá que ver si la medida se extiende al resto de fastos callejeros de Madrid. La estampa puede ser inolvidable. Imaginen el típico “¿Dónde vas con mantón de manila?” pero con los auriculares puestos. Todo el mundo bailando sus pasodobles y sus cositas en silencio. Qué maravilla. Al estilo de los Indignados cuando aplauden.
Por cierto, que el colectivo 15-M y el resto de ciudadanos de este país podemos seguir cabreándonos porque ya se ha publicado la lista de los nuevos alcaldes que lo primero que han hecho al jurar su cargo ha sido jurar otra vez y perjurar ante Dios que nunca más volverían a pasar hambre, como en la inolvidable escena de Lo que el viento se llevó, y se han subido el sueldo, alzando el puño cerrado repleto de arena y euros a la caída de una oscura tarde ya en ausencia de Clark Gable. Estos mangantes también han intentado que todo se llevara a lo Ruiz Gallardón, es decir, en el más estricto de los silencios, pero no han tenido suerte. Algún perroflauta indeseable de esos que clama por los derechos de la gente pobre se ha ido de la lengua. Qué querrán estos piojosos, todo el mundo no puede tener una casa. Siempre hablando de dinero. Qué feo está eso. Hemos perdido las formas.
Quién no pierde las suyas es, una vez más, la Iglesia Católica, que estará este verano de gira. El Tour 2011 promete perdón y misericordia para todos, anímate. Total, qué son 45 millones de euros que cuesta la visita de The Boss Ratzinger, si Dios provee. Será como una especie de festival de Benicassim pero sin las incomodidades típicas de las acampadas. Quienes se quieran unir a los fastos católicos dispondrán de 800 colegios e institutos públicos de la Comunidad de Madrid cuyas puertas estarán abiertas como albergues para el descanso del exhausto e inocente peregrino. ¿Les pondrán auriculares a todos estos también? A lo mejor es por eso por los que los teólogos llevan años hablando del Silencio de Dios, quién sabe.
José MarÃa GarcÃa Linares
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