TVC, con un volcán es suficiente
La RTVC ha logrado, con la cobertura del volcán palmero, un hito en la historia mundial de la televisión. Gracias a la idea de transmitir la erupción ininterrumpidamente, todas las televisiones y web del planeta tienen acceso gratuito a la señal. A cambio, La Canaria está registrando unos índices de audiencia estratosféricos.
El seguimiento a través de las redes sociales e internet no tiene precedentes en España y probablemente en el planeta. Como adelantó El Mundo, “Twitter estuvo más de 11 horas con la señal en vivo y llegó a más de tres millones de espectadores. El número de seguidores de la Televisión Canaria en Instagram ha crecido un 900% y sus vídeos han tenido decenas de miles de visualizaciones. Sus publicaciones en TikTok sobre el volcán han alcanzado más de 300.000. Las visitas en la web de la televisión también han aumentado un 633% y su media de audiencia diaria ha pasado de 9.000 personas a más de 400.000”.
Al margen de estas cifras, exporta tecnología de vanguardia con sus recreaciones didácticas en realidad virtual, elogiada por todos los medios nacionales. En clave local, los canarios estamos satisfechos con el rigor y el servicio público que está realizando la RTVC con este fenómeno de la naturaleza que tanto drama está causando en La Palma.
Detrás de este éxito hay un trabajo colectivo, liderado por un brillante y honrado profesional, Francisco Moreno García. Esta cobertura se ha visto recompensada con el prestigioso Premio Ondas, a propuesta de la Asociación de Prensa de Tenerife, mientras que la de Gran Canaria avala su candidatura a Premio Canarias de Comunicación. A pesar de este reconocimiento, con un valor añadido porque parte de compañeros de oficio, Paco Moreno tiene motivos para estar preocupado.
Esta semana se elige en el Parlamento de Canarias la Junta de Control de RTVC, en virtud de la ley que se aprobó a finales de 2014. Esta norma debe garantizar la profesionalización e independencia del ente. Sin embargo, la elección de los miembros de la junta calca el esquema de cuotas de partidos y pervierte el espíritu de la ley. El propio Moreno ya fue propuesto para presidir la primera Junta de Control, en 2015, pero renunció porque cada partido eligió a sus candidatos sin consenso, aceptando a los candidatos de otros para que aceptaron los suyos.
Pues esta semana puede pasar lo mismo, con el agravante de que el candidato de Coalición Canaria es una persona cuestionada por buena parte de la profesión. Es más, uno de los diputados de CC, Juan Manuel García Ramos, presidente del Partido Nacionalista Canario, votará en contra porque en la radiotelevisión pública, según sus palabras, “no deben tener cabida sinvergüenzas comprobados”.
Durante los dos años de Moreno como administrador único, lejos de elogiar, por ejemplo, su labor para dinamizar la industria audiovisual de Canarias, como vimos durante la pandemia en la que la mayor parte de las productoras tuvieron algún encargo, se ha dedicado a atacar al señor Francisco Moreno. Con mentiras en ocasiones y con juicios de valor infundados en otras. Ha acusado a Moreno de frenar la renovación del convenio colectivo, ocultando que formó parte del consejo de administración de la empresa que más se opuso al primer convenio colectivo de RTVC. Paradojas del destino, gracias a la mediación de Moreno –fue director general de TVC entre 2001 y 2005-, se desbloqueó la negociación y se firmó el convenio.
Hoy, todos los políticos aplauden la gran labor de La Canaria, pero a ninguno he escuchado defender abiertamente a Moreno de las difamaciones recibidas durante los últimos meses. Esta semana, sus señorías tienen la oportunidad de reflexionar y plantearse qué perfil es el idóneo para ser miembro de la junta rectora, para que la RTVC sea, por fin, la nuestra. Con un volcán es suficiente.
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