La vía dolorosa de Rajoy

Dicen los Libros Sagrados, que la Vía Dolorosa, tiene 14 estaciones, como catorce imputados tiene el partido, desde octubre de 2006, entre alcaldes, concejales y funcionarios de toda índole, por los más variopintos delitos relacionados con el urbanismo, las comisiones en contratacionesss y cohecho, y sólo hablamos de las cabezas visibles, en cada uno de los procesos; si a ello unimos los testaferros, gestores y las figuras ahora aparecidas en el Gürtell, cabría pensar que más que presuntos delincuentes, son seres afectados por una pandemia, que ha invadido las instituciones, sin que aún, se haya conseguido la vacuna que erradique el mal.

Como no podía ser menos, las afortunadas islas atlánticas, no podían quedar fuera de esa dolencia generalizada, que por acá, tiene sus especiales especificidades. Como somos “un sólo pueblo” versión ATI-CC, aquí, a la hora de encontrar presuntos “pringados” los hay “arrejuntados” cual sopas de letras, y así vemos presuntos de todas las siglas presentes, en el espectro político autonómico, y es que desde Telde a Mogán, pasando por las islas menores y llegando a Las Teresitas chicharreras, la “sopa de siglas” es variopinta; aquí, a la hora de tocar los Bing Laden, todos se ponen gafas de sol, para que los rayos uva no les hagan daño.

Hoy será el Gürtel, que para Don Mariano es el Calvario. Hay otros sumarios que, por una u otra razón, no han tenido la misma suerte y diligencia, y así nos encontramos con el llamativo sumario del señor Fabra, ese coloso de las finanzas públicas, que a pesar de lo llamativo de su gestión, la Hacienda Pública, le ha venido ahora a descubrir, que ha defraudado a saco, sin que nadie se haya percatado con anterioridad. Caso similar el del señor Matas, que sopesando la “carga” penal, no ha tenido inconveniente en decirle a Seguridad Social que ha sido “malo” con el fisco, pensando que, por ser un pecadillo venial, será perdonado, que sí no es aquí, será en el otro mundo, pues es un buen cristiano. Cristianos también deben ser los “presuntos” isleños que aún deshojan la margarita, en espera que la mata se marchite, y todo quede, en una travesura, por la que ya, más de uno ha pagado con su vida, llevándose al otro mundo las “verdades del barquero” y los beneficiarios del reparto de las “frutas y hortalizas”.

Con mis deseos, que la próxima Semana de Pasión, sea más tranquila y llevadera, les auguro un entretenido mes, leyendo con todo detenimiento, los modos y las formas de estafar al prójimo. Por favor, no intenten emular a tanto maestro chacinero.

Antonio Ortega Santana