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Jesús Abandonado no vota

Juan García Luján / Juan Garcia Luján

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Se calcula que más de 15.000 canarios fueron enviados a los puertos americanos durante los cien años que estuvo en vigor la real cédula, una cantidad muy importante si tenemos en cuenta que el año que el reino de España impuso la emigración por decreto habitaban las islas menos de 100.000 personas. El envío de familias pobres suponía un alivio para los poderes dominantes de la época, se evitaban posibles revueltas durante los tiempos de crisis por las plagas o la caída de los monopolios agrícolas. Además en las colonias americanas podía aumentar la producción y garantizar la competencia anglosajona.

España ya no es un imperio que exporta pobres, más bien los ha estado importando en los últimos años. Y esto es una putada. Porque sería fantástico que Juan Carlos de Borbón firmara una real cédula que obligara el envío de 15 familias de pobres a Guinea Ecuatorial por cada 100 litros de gasolina que importamos de allí, o mandar a otras quince familias de pobres a Alemania por cada 100 kilos de tomates. Pero esto no puede ser. Quedaría un montón de feo en esta Europa civilizada que nos tocó vivir. Por eso cuando la burbuja inmobiliaria estalla y pierden el trabajo miles de canarios tenemos que jodernos y quedarnos con ellos aquí.

No es justo que las instituciones públicas reciban menos ingresos por la crisis económica y se vean obligadas a mantener a más pobres. Esto es intolerable. Además de los nuevos pobres hay que mantener a los que ya estaban jodidos antes de la crisis. Es el caso del hogar de Jesús Abandonado en las Alcaravaneras. Ahí están calladitos, como si fuera una de las ciudades invisibles de Italo Calvino, los pobres son esos puentes y acueductos que enlazan las ciudades que imaginó el escritor italiano y que siguen ahí cuando se marcha sus habitantes.

El hogar de Jesús Abandona forma parte de esa ciudad invisible que lleva años frente a la playa de Las Alcaravaneras, junto a una de las vías más transitadas de la isla, pero que no vemos. Nosotros no vemos a esos pobres. Pero, lo más grave, es que los responsables públicos que manejan los presupuestos para los servicios sociales en esta ciudad, en esta isla y en esta comunidad tampoco los ven. Desde el año 2009 el personal que trabaja en Jesús Abandonado cobra las nóminas de forma irregular. La Fundación Sauce, responsable de la residencia, dice que los problemas comenzaron cuando las instituciones se retrasaron en pagar las subvenciones aprobadas. Eran 13 trabajadores que han ido denunciando su situación ante el juzgado de lo social. Ahora mismo hay 6 trabajadores que atienden a 42 residentes.

El lunes el caso entró en el juzgado. Los trabajadores fueron a denunciar que no tenían acceso a la despensa de la comida. La jueza de guardia se acercó a la residencia y ordenó abrir por la fuerza la despensa que estaba cerrada con llave. Cuando los responsables de la Fundación leyeron en la prensa que la policía acudió a la residencia empezaron a preocuparse, y se acercaron para hablar con los trabajadores después de varios meses sin responder a llamadas ni a correos electrónicos. Ahora también las instituciones empiezan a hablar, pero para contar “yo no sabía nada”. Y la verdad es que no se enteran. El cabildo no sabe qué otras instituciones dan dinero a Jesús Abandonado. El gobierno canario no sabe no contesta y el ayuntamiento está en sus cosas.

Me llama la atención que los mismos gobernantes que son capaces de llegar a consensos para contruir obras que cuestan muchos millones de euros: el nuevo pabellón deportivo de Gran Canaria, el tren..., obras que suelen generar millonarios beneficios a las empresas constructoras que patrocinan sus campañas electorales (fitetú qué casualidad), esos mismos gobernantes se echan trastos y competencias en la cara cuando se trata de ponerse de acuerdo para atender a los 42 pobres que residen en Jesús Abandonado. Si resucitara Carlos II yo le pediría que aprobara de nuevo la real cédula de mayo de 1678 para enviar en un barco a alguna ciudad invisible a estos gobernantes que vemos estos días en los mercados, en las sedes de las patronales, en las procesiones..., pero que no son capaces de acercarse a ver el rostro de los 42 pobres de Jesús Abandonado por una miserable razón: ellos no votan.

PD: Un oyente de 'El Correíllo' me envió un correo para comentarme un dato histórico que se me pasó en el artículo. Dije que tras exportar pobres por obligación habíamos pasado a importar pobres. Pero me recuerda el oyente que durante la alcaldía de José Manuel Soria, el presidente del PP mandó en avión a Madrid con nocturnidad y alevosía a pobres africanos que estaban en situación irregular en la capital grancanaria. Soria lo hizo sin encomendarse a dios ni al diablo, sin coordinarse con los servicios sociales de la comunidad de Madrid, fue una auténtica operación de limpieza étnica que hizo que no le provocó ningún coste penal, ni si quiera electoral. Creo que el oyente tiene razón, es un dato que nos debe avergonzar pero que hay que recordar. Mi agradecimiento al oyente por ese recordatorio.

Juan Garcia Luján

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