A la hora de publicar estos humildes e inofensivos comentarios debería estarse emitiendo en La 2 de Televisión Española en Canarias el programa 59 Segundos, que adquiere cada día más notoriedad e influencia, ora por méritos propios, ora por el empeño de otros de hacerlo más grande sin pretenderlo. El presidente del Gobierno, Paulino Rivero, embelesado por susurros envenenados, mantuvo durante casi 24 horas el error político de cancelar su presencia atendiendo a no se sabe aún muy bien qué razones. Sus asesores dijeron oficialmente a la dirección de TVE que el presidente no acudiría si uno de los periodistas presentes era Carlos Sosa, director de CANARIAS AHORA, al que acusaron de “insultar”. La excusa era tan insostenible como falaz porque Sosa estaba en la lista de periodistas aprobada por los asesores presidenciales una semana antes. Y Rivero acababa de haber sido entrevistado en CANARIAS AHORA RADIO, de donde se despidió dando las gracias por “el elegante trato” recibido cuando tuvo la indisposición de salud, que precisamente le sobrevino en esos estudios. Por lo tanto, las verdaderas razones eran otras, y tardamos pocas horas en encontrarlas.