El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Ahora, las pendejadas
Entra en los minutos de descuento el paripé que se han marcado los negociadores del pacto regional de gobierno entre Coalición Canaria y el PSOE. Los máximos responsables de la cosa, Fernando Clavijo y Patricia Hernández, respectivamente, se afanan día tras día por templar los ánimos y transmitir a sus respectivas tropas la conveniencia de aguantar las inclemencias de los incumplimientos como si de un chirimiri se tratara. Cada uno, con el libro de órdenes en la mano, transmite a la tropa la necesidad de reconducir aquellos incumplimientos que han adquirido el rango de “imperdonables”, sobre los que se va a actuar teóricamente de manera decidida para una reconducción satisfactoria para la parte perjudicada. Unas tienen fecha más o menos a la vista, como el Puerto de la Cruz, donde CC le metió un cuerno muy doloroso al PSOE en toda la yugular. Otras quedan pendientes de fecha, como Santa Cruz de Tenerife, donde no van a pedirle a José Manuel Bermúdez que eche del poder a los concejales y concejalas del PP al menos hasta que se hayan entusiasmado con el juguetito. Lo tendrá que hacer tarde o temprano en beneficio del acuerdo regional con el PSOE, o al menos eso ha asegurado Fernando Clavijo a sus interlocutores en un lote que incluye otras muchas cosas. Por ejemplo, el Cabildo de Tenerife. Resulta bastante entretenido (vamos a dejarlo ahí) ver al presidente de esa institución, Carlos Alonso, ofrecer pactos, repactos, partos y repartos a tirios y a troyanos, a la izquierda y a la derecha, bien en forma de gobierno de concentración o bien en forma de alineación de equipo de final de Cesta y Puntos, ora al PP, u ora a Podemos o al lucerito del alba. Un abanico tan multicolor de pendejadas que desde luego derriban la imagen de persona seria que mucha gente tenía de este político. Todo con el muy evidente intento de poner nervioso al que va a tener la última palabra se ponga como se ponga CC: el líder del PSOE en La Laguna, Javier Abreu. Si llegado el 3 de julio, fecha de la constitución del ayuntamiento lagunero, Coalición Canaria no ha expedientado a su lideresa en el Puerto de la Cruz y ha reconducido ayuntamientos como Arico o como el de la Ranilla, o si llegado ese momento, Carlos Alonso sigue doblando cucharas como Uri Geller, el secretario general socialista en la ciudad de los adelantados quedará con las manos libres para cargarse el poder de CC en la joya de la corona. Y entonces, se armaría una buena.
Descartado Ascanio
Javier Abreu, que tiene todo el tiempo del mundo para ejecutar todas las trastadas del catálogo, se reunirá este jueves con Santiago Pérez para seguir profundizando en un hipotético pacto que aparte a Coalición Canaria de la alcaldía de La Laguna. Este miércoles ya la armó firmando un compromiso con Ciudadanos solamente enfocado a que los nacionalistas de Clavijo y su sustituto en la ciudad, José Alberto Díaz, vean que hay otros amores que no matan. Cualquiera que se lea el prospecto de ese acuerdo concluye fácilmente que no estamos ante un pacto de gobierno, pero sí ante una declaración de intenciones que confirmaría que el partido de Albert Rivera estaría dispuesto a apoyar a cualquier alcalde (tipo Abreu les vale) que no sea de un partido nacionalista. Y para demostrar que esa orden es implacable, este miércoles se cargaron a un par de atrevidos que la vulneraron en la Comunidad Valenciana. Sumándose a la conveniente confusión que tanto beneficia al PSOE, Abreu ha contado con la colaboración inestimable de la hemeroteca, de la que alguien rescató este miércoles, de una manera más que oportuna, un artículo de 2014 firmado por el líder de la izquierda alternativa (Unid@s), Rubens Ascanio, en el que criticaba el homenaje a un policía nacional muerto en un atentado del MPAIAC en los tiempos del cólera. Aquel homenaje, promovido precisamente por Javier Abreu, también honró la memoria del estudiante Javier Fernández Quesada, asesinado por la policía franquista. Ascanio es el único candidato de la izquierda lagunera que podría reclamar para sí la alcaldía en el hipotético caso de un pacto progresista en la ciudad porque al fin y al cabo sacó un concejal más que el líder socialista. Pero el sambenito que empieza a colgarse a los candidatos electos de Podemos y sus derivadas, gracias a su pasado periodístico o en las redes sociales, les coloca en el enjambre de la duda. Si alguien propusiera a Ascanio como alcalde alternativo, sus antecedentes periodísticos restarían en su contra.
Un gol por toda la escuadra
Así las cosas, la reedición del pacto regional está exclusivamente supeditada a que Fernando Clavijo controle a sus huestes, más echadas al monte que lo que habitualmente hacen las del Partido Socialista en Tenerife. Escollos como los del Cabildo de La Palma se han superado con menos dificultades de las previstas, y los escándalos montados en Tenerife fundamentalmente por concejales del PP han posibilitado que el foco se trasladara de isla. Los nacionalistas dicen haberse comprometido seriamente a arreglar sus propios desafueros, pero en un sector importante del PSOE, fundamentalmente el que creyó en el pacto integral y lo ha cumplido en su territorio, empieza a sospechar de una engañifa monumental de Coalición Canaria. El fantasma de 1995, cuando cerró un pacto con el PP en el hotel Iberia a la vez que firmaba otro de similar factura con el PSOE en el hotel escuela de Santa Brígida, ha vuelto a planear sobre la mesa de negociación. Si los interlocutores del PSOE continúan con su resignación, solamente recompensada con la obtención de cargos para sí mismos o sus adláteres, es muy probable que no se hayan dado cuenta del gol que muchos ven venir por toda la escuadra.
Las borracheras en Telde
La alcaldesa saliente de Telde, María del Carmen Castellano, soñó una vez que se convertía en una intrépida amazona que, a lomos de un estiloso corcel, salvaba todos los obstáculos hasta convertirse en gloriosa lideresa de Faycan. De Faycan en primera instancia y de toda Tamarán después. Para eso se rodeó de una solícita guardia pretoriana que hasta le dio clases de doma y monta en picaderos ignotos, al menos para este humilde cronista. Al mando de tan señero equipo se encontraba el subinspector Mederos, que acabó convirtiéndose en el favorito de la alcaldesa hasta el punto de que se manipularan las bases de un concurso oposición que lo debió haberlo elevado al olimpo de la jefatura del cuerpo, entendiendo cuerpo como el de la Policía Local. A ver si nos centramos. El caso es que Mari Carmen Castellano estaba tan afanada en ese propósito tan mundano que se olvidó de la legalidad vigente, que entre otras muchas restricciones, impide que una comisión de servicio se prolongue más allá de los 18 meses, con sus días y sus noches. Los malos asesores que tuvo mientras fue alcaldesa no le previnieron de tal eventualidad, lo que le obligó en mayo pasado a retirar de la jefatura accidental del ejército guindilla a su profesor de equitación, que fue sustituido por el único subinspector capaz de prestarse a una interinidad bastante humillante: la que debía extenderse de ese momento tan pre electoral al que debía haber llegado tras una renovación de la alcaldesa en el machito. Lo malo vino a continuación. Pocos días después del relevo accidental, el jefe de la Policía Local fue interceptado conduciendo con una tremenda borrachera, lo que sin embargo no fue motivo suficiente para que la intrépida amazona lo descabalgara (con perdón) del cargo eventual que ocupaba. Peor se presentan las cosas para el preferido Mederos, que deberá concurrir a un concurso oposición menos amañado que el inicialmente previsto, lo que le habría de complicarle teóricamente su ascenso. Otra alfombra que la alcaldesa de Telde, Carmen Hernández, está obligada a levantar.
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