Mientras estas cosas se suceden de modo preocupante, medios de comunicación, políticos, instituciones... miran hacia otro lado, no se sabe si por complicidad o porque hay que esperar a que esos fenómenos se den en casa. Le ha pasado a un redactor jefe de La Provincia, pero hace pocas semanas le pasó a un corresponsal de Canarias7 en Telde, y unos meses atrás a otro del mismo diario, que fue amenazado públicamente por el hoy hombre fuerte de ese Ayuntamiento, Guillermo Reyes. El mismo que amenazó más recientemente a una periodista de Onda Real con dejarla sin su puesto de trabajo. Un comunicado de condena emitido por la Asociación Periodistas por las Libertades en defensa de Carmelo Ojeda, de Canarias7 en Telde, no fue publicado por su propio periódico, y en La Provincia mereció una carta al director. Minimizando el problema no va a diluirse en el aire, por no ponernos ahora a recordar a Brecht y aquello de que algún día vendrán por tí, que suena duro y se nos asusta la peña.