Es una pena que no podamos ser la prolongación de Canarias7, como dijo un fiscal el otro día, para fundar una asociación de afectados por los atentados contra la libertad de expresión promovidos por instituciones canarias y que tienen por objetivo a los que no son adictos al régimen. Este caso aislado de las pulseritas no responde precisamente a eso, sino a un pulso que están echando, sobre la mesa de Juan Francisco García, José Manuel Soria y José Carlos Mauricio. Cuando se arreglen volverán la publicidad, las pulseras, los coleccionables subvencionados y las páginas de publicidad institucional promocionando aquí lo que hay que promocionar fuera. Si quieren saber cómo las gastan de verdad contra la libertad de información, que nos pregunten a nosotros. Por poner sólo los últimos ejemplos que tienen que ver con el Ayuntamiento, sepan que nos fueron retiradas sendas campañas en CANARIAS AHORA RADIO de La Gran Marina y del Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria después de que las cuñas se empezaran a emitir. Las agencias de publicidad actuaron con profesionalidad, pero los comisarios del PP escucharon los anuncios y recibimos órdenes de suspender las campañas. Podemos contar más casos, pero no queremos aburrirles.