Esta de Doramas es la segunda actuación llamativa de la Fiscalía en casos de corrupción detectados en Gran Canaria. Cuando estalló la Operación Góndola, por la que se investiga a un amplio ramillete de personas en Mogán, el Ministerio Público no solicitó fianza para ninguno de los detenidos, pese a que algunos de ellos, como el alcalde y su primera teniente de alcalde, salieran del juzgado imputados por seis delitos. Tampoco en la Operación Góndola la investigación recayó en la Fiscalía Anticorrupción, que en el caso de Canarias y alguna otra comunidad tiene carácter de especial y no ha de rendir cuentas de todo lo que hace al fiscal jefe del TSJC, del que sí dependen de modo más directo los dos fiscales que actúan en los asuntos de Mogán y Telde. Y ya se sabe que si la fiscalía no acusa, o acusa con la boca chica, el caso termina bichándose.