Efectivamente, el ponente de la sentencia no entra a analizar la operación de La Favorita porque ése no era el objeto del procedimiento juzgado. Pero mezcla dos sueltos periodísticos presentados por el querellante referidos a cuestiones distintas. Así, dice que “si fue o no gravoso para el Ayuntamiento la adquisición de una finca no es una cuestión que alcance a este proceso, lo que sí alcanza es la imputación de haber llamado a Pepe Jiménez para que cambiara los informes técnicos, por parte del querellante”. Pepe Jiménez no era concejal ni técnico municipal en ese momento, y los informes a los que se refiere el magistrado son en realidad de la etapa 2003-2007 en el Cabildo grancanario. Por error, el ponente de la sentencia confundió La Favorita con una adjudicación a una UTE distinta por cuyas críticas también se había querellado Soria.