Miren que no queríamos desenterrar viejos asuntos, pero es que la jeta que se gastan estos nos conduce necesariamente a recordarles cómo han actuado ellos mismos en un pasado nada lejano. Porque ya que andan tan entusiasmados en los alrededores del Consejo General del Poder Judicial bien podrían los del PP preguntar qué pasó con la queja que hace ya un tiempito presentó en ese órgano el ciudadano canario Francisco Cabrera, que se mosqueó muchísimo al comprobar que la magistrada del TSJC Carla Bellini se abstenía en la causa del caso Chalet alegando amistad íntima con Soria y su señora esposa. Era la misma magistrada que había participado en la Sala que un año y pico antes había archivado la denuncia del mismo ciudadano por las mentiras del presidente del PP en la comisión de investigación de la trama eólica en el Parlamento. De esa queja nada se ha sabido, mira tú qué cosas, quizás porque nadie ha desempolvado los bombos y los platillos. Y no estamos acusando a nadie de haber influido ante los vocales, por mucho que a Federico Trillo algunos de los que están dentro del CGPJ le deban el puesto en su calidad de portavoz y negociador del PP en la Comisión de Justicia del Congreso, donde se pactaron los nombramientos.