A pesar del disparate de crónica sobre lo sucedido en casa de Suárez Gil, el periódico El Día la mantenía la noche del miércoles en su edición digital, como si la verdad no fuera con ese periódico. Es más, personas que debatieron con el diario de don Pepito acerca de tal sucesión de falsedades, imprecisiones e imposibles, aseguran que el autor o autores se mantienen en sus trece, que consultaron con la Policía y que la versión que publicaron fue la que ese cuerpo les facilitó. Un caso para Expediente X, sin duda, porque de ser cierto que alguien de El Día habló con un portavoz policial, parece claro que alguien tomó el pelo a otro alguien; o quien dijo ser portavoz policial no era ni siquiera agente del orden y se dedicó a descangajarse del periodista. Porque tiene mucho misterio que sólo ese periódico tenga tan pintoresca versión (con sus retruécanos correspondientes) de un suceso sobre cuyos detalles coinciden todos los demás medios informativos. Dicen desde El Día que llamaron a un número de teléfono que, efectivamente, hace tiempo -cinco años, o así- perteneció al responsable de prensa del Cuerpo Nacional de Policía. Pero fuentes que sí son policiales sostienen que nadie de la Supercomisaría habló con ese periódico. Más nos inclinamos a pensar que ha calado la deriva soberanista y desquiciante del editor y los periodistas llamaron a la Guanchancha en el convencimiento que obtendrían la versión más cercana a la isla fantasma de San Borondón.