Menos mal que para este pleno Rita Martín ya tiene regularizada la situación de su asesora encargada de la preparación de intervenciones parlamentarias. Es abogada y lleva trabajando para la consejera desde hace seis meses, aunque su contrato específico lo vino a firmar la pobre la semana pasada. Cobrará 30.000 euros de aquí a final de año a cambio de preparar esas intervenciones y, un par de veces al día, entrar en el foro de opinión de este periódico a echarle unos riqui-racas a la jefa. Hasta ahora cobraba 3.000 eurillos al mes que le pagaban contra la presentación de facturas. Los viajes a Tenerife para acompañar a la consejera al Parlamento corren por cuenta de la profesional. Para que no digan que no lo contamos todo.