No sólo a Soria no le han salido las cuentas en estas elecciones. El PSOE de Fuerteventura está dividido entre los que se alegran de haber dejado paso a la renovación (Domingo Fuentes se marcha al Parlamento más contento que unas castañuelas) y los que que lloran amargamente la corta vida política que ha tenido Blas Acosta. No obtuvo ni siquiera la mayoría absoluta en Pájara, y su estrategia de agacharse en La Oliva para que el Marqués volviera a reinar, se quedó en empate a siete entre el PP y Asamblea. La número uno socialista, con tan sólo dos concejales, sueña con tocar el cielo después de que González Arroyo le tentara con su apoyo. Hasta los más conspicuos seguidores del fenecido pacto de la avioneta le recriminaron la noche del jueves tamaño disparate a Rosa Fernández y le dijeron que lo mejor es volver a apoyar a Claudina Morales y no escuchar nunca más cantos de sirena. En medio de tanto cantamañanas vuelve a emerger la imagen de la coherencia y de la paciencia encarnada en Olivia Estévez.