El vídeo de ACFI Press ofrecido este domingo por varios medios de comunicación canarios no parece dejar lugar a muchas dudas: los bomberos del Consorcio de Gran Canaria se han radicalizado y han complementado la protesta sonora, la manifestación y las octavillas con el insulto y las agresiones físicas. Ni si quiera cuando boicoteaban los actos de Pepa Luzardo colectivos como este o la Policía Local aplaudimos desde este periódico cualquier comportamiento que traspasara los derechos a la protesta, al ruido y a la pataleta. Mucho menos podemos aplaudir ahora que unos profesionales dedicados a la seguridad se comporten como auténticos salvajes profiriendo insultos inadmisibles para cualquier persona, sea cargo público, militar, religioso o medio pensionista. Y mucho menos que acaben a empellones y zarandeos con otros funcionarios públicos que precisamente estaban allí para evitar que los bomberos metieran la pata hasta extremos irreconducibles.