No paran de llegar noticias de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, y más concretamente de la herencia que en ella dejó ese dechado de buena gestión que dicen que fue José Manuel Arnáiz. Cuentan que ya regresó de su periplo por Argentina y Uruguay, donde seguramente habrá conocido de primera mano la calidad de las viviendas de lujo propiedad de empresas que algún día tuvieron que ver con el organismo del que fue presidente. Arnáiz, nos tememos, seguirá dando que hablar mucho tiempo, al menos hasta que terminen de levantarse las alfombras portuarias y su sustituto empiece a tapar agujeros. De entrada sabemos que Emilio Mayoral no sabe qué hacer con las 11.000 botellas de vino que ha encontrado almacenadas allí. Las mandó comprar Arnáiz a través de su secretaria, Pino Riesco, que a su vez lo fue en su día de José María Ruíz Mateos, el dueño de Rumasa. Las botellas, que fueron compradas con la excusa de regalarlas con motivo del centenario de la Junta de Obras del Puerto, aparecen con una etiqueta impresa con errores, lo que significa que no podrán ser utilizadas para tal fin. Algunas ya fueron regaladas al personal de la Autoridad Portuaria esta Navidad. A ver si la van dando salida al regalito.