Mientras José Manuel Soria trataba de recomponer su cuerpo serrano y de insuflar moral a la tropa, remodelando su Gobierno insular como si de una estrategia militar se tratara, algo se cocía en Madrid. Este jueves se reunían en la sede central del PP, en la calle de Génova, el presidente nacional del partido, Mariano Rajoy, y el ex presidente del PP canario, José Miguel Bravo de Laguna. La reunión se celebró a petición de Rajoy, y sólo fue propuesta por motivos personales tras una conversación entre ambos históricos y al enterarse el líder de la presencia de Bravo en Madrid. De lo que Rajoy preguntó, de lo que el canario contestó y de las conclusiones a las que llegaron, nada podemos contarles. Pero hubo reunión en un momento crucial. Que ya es.