Unas cuantas manzanas más hacia el Puerto, en la muy céntrica calle de Bravo Murillo, donde se crió de niño José Miguel Bravo de Laguna, el PP se trabaja la manera de afianzar el triunfo electoral de su veterano candidato. El padre Bravo (lo es del niño Bravo, con mayoría absoluta en Santa Brígida y acta de consejero en el Cabildo) ha tanteado a su viejo amigo Nacho González, presidente del CCN, con el que compartió responsabilidades con el PP antes de que llegara Soria. Nacho, que es pura entraña, le dijo que sí, pero que prefería que un pacto en el Cabildo fuera de Coalición Canaria en su conjunto y no solamente del consejero que el CCN logró colar en la lista de los nacionalistas. Bañolas ni confirma ni desmiente, aunque parece que las conversaciones están muy avanzadas, Román mediante. El todavía consejero de Sanidad quiere para CC Agricultura, Industria y Asuntos Sociales, y no parece que Bravo se haya puesto muy reacio. Por los alrededores da brincos el equipo de Nueva Canarias, que tiene en ese Cabildo la única posibilidad de que su importante ascenso electoral se visualice en forma de poder institucional. Román Rodríguez nunca hizo ascos a un pacto con el PP, y mucho menos lo iba a hacer ahora ante la difícil combinación alternativa, que sería mezclarse con CC para hacer presidenta a la socialista Carolina Darias.