La verdad es que nos hemos exprimido la neurona hasta límites casi inhumanos para poder explicarnos por qué al impuesto sobre grandes superficies que pedían las huestes del comercio -sector plateado- le llamaban impuesto verde. Vamos a ver, no era ecologista, ni era de los que se aplican a los señores de cierta edad (madura, por más señas) que miran a las damas con ojitos de cordero degollado. Seguimos forzando la máquina y se nos ha ocurrido, con nuestras correspondientes dosis de mala uva, si no será que a eso del verde los promotores del impuesto les faltó añadirle la palabra “triangular” de modo que el impuesto fuera verde y triangular. Verde y triangular, además de gran superficie y poder sobre el poder se llama en España El Corte Inglés. Parece que el impuesto será imposible, pero las espadas siguen en alto y la falta de diálogo en el sector comercial canario se enquista hasta límites peligrosos para ellos mismos. A ver qué pasa.