Eligio Hernández dedicó unos sentidos comentarios a defender la actuación de José Antonio Martín ante sus compañeros de Sala, cuando reclamó de ellos que apoyaran la libertad bajo fianza de un narcotraficante: “La deliberación duró quince minutos y [Martín] se limitó a opinar que era partidario de estimar el recurso de apelación y poner en libertad con fianza al preso preventivo, y al no compartir los otros dos magistrados sus tesis (...) no formuló voto particular”. Pasaba por alto Hernández detalles importantes, como el tiempo que el preso estuvo en busca y captura y lo que los otros dos magistrados explicaron al instructor del expediente disciplinario sobre las presiones que sufrieron. Pero si Eligio Hernández se apasionó, le dejó en pañales Fernando Fernández con su reciente artículo “La Justicia es un cachondeo”. En ella llega a decir que José Antonio Martín había sido “víctima del cainismo ideológico” y de un juicio paralelo. Además de acusar a Parramón de prevaricar, el ex presidente del Gobierno se desliza por el error y la mentira hasta límites impropios de alguien que ha ocupado tan altos puestos públicos. Descartamos que, conociendo la composición del Consejo General del Poder Judicial, no lo acusará de actuar por cainismo ideológico en su sanción al magistrado Martín.