No vayan a creer que el cabreo contra la dirección de La Caja se circunscribe a lo que pasa de puertas adentro, no qué va. Como les adelantábamos ayer, la cosa empieza a trascender más de lo que ellos mismos se imaginaban. En la UD Las Palmas crece la indignación por el trato excesivamente riguroso de la entidad, y entre algunos empresarios que avalaron a la SAD la indignación es de alto voltaje. Por ejemplo, José Sánchez Rodríguez, presidente de JSP, hizo reunir el otro día a todos los empleados que tienen cuenta corriente en La Caja para sugerirles, muy cariñosamente, que estaría muy bien que cambiaran de entidad. Para que un empresario llegue a esos extremos ya se pueden imaginar el trato que debe haber recibido. Nos podemos imaginar el que estará recibiendo el impositor de a pie, que no tiene miles de millones que retirar, ni nóminas que poner en otro banco. Qué pena de Caja.