Esto hay que estudiarlo en profundidad. O que nos lo explique Federico Trillo, ese director de estrategias judiciales que el PP tiene apagando incendios y provocando otros de modo permanente y atolondrado. Lo que creemos que se debe estudiar es esa querencia de los más elegantes líderes del PP de pagar sus lujos en metálico, es decir, billete sobre billete. Lo ha reiterado Francisco Camps en su último escrito ante el juez que instruye el caso Gürtell en el Tribunal Superior de Justicia de Valencia: el molt honorable president pagó sus cuatro trajes a tocateja, porque ese es “el sistema familiar de funcionamiento económico” así diseñado “evitar equívocos, dada su relevancia pública”, según el escrito de defensa. Dice Camps que él no usa tarjeta de crédito, que eso debe ser cosa de progres, que él siempre lleva su dinerito encima por lo que pueda presentarse, que se lo proporciona de esa forma su señora esposa de él. Tras la lectura de esta última aportación de la defensa jurídica del presidente del PP valenciano algo se conmovió en nuestra memoria, algo quizás referido a una urbanización turística de lujo en el grancanario municipio de Mogán, donde veraneaba a precios ventajosos (según el auto de archivo) el presidente del PP canario, José Manuel Soria, que pagaba sus facturas en efectivo, incluso cuando superaban los 4.000 euros, y que el dinerito del monedero lo aportaba él y su señora esposa.