Los tres candidatos que habrán de someterse a estas pruebas ya habrán superado anteriormente otras consideradas eliminatorias por la cosa nostra portuaria: ser personas de una sola pieza, esto es, como norays dispuestos a soportar cualquier tirón que le propinen los poderes fácticos del Puerto. Juan Pérez, un hombre de Javier Esquível, atesora precisamente esa condición como principal valor para ser el elegido. No rechistará ni para pedir que le pasen el agua. Agustín Espino es transportista, y su negocio principal depende de los operadores portuarios, y de eso saben mucho el mentado Esquível y Germán Suárez. Y de Sánchez Tinoco, presidente de Femepa, qué decirles, con esos astilleros tan colosales que tenemos ahí, con esa actividad tan vinculada... Aunque, bien mirado, más parece que estos dos últimos candidatos hayan sido soltados para hacerle los coros del la-la-la a Pérez, que es en verdad el ungido.