Por mucho empeño que hayan puesto los medios desafectos al Paulinato, Asier Antona no se trajo nada “bajo el brazo”. Y mucho menos los 128 millones que en la mañana de ayer miércoles radiaron a toda la región los encargados de ejecutar a la consejera, de la que dijeron que acudía al ministerio “a buenas horas, mangas verdes”. Primero, porque Luengo acudió a la reunión cuando se la concedieron, y segundo porque Antona no se trajo nada de nada bajo el brazo. Entre otras cosas porque, como muy bien indicó a Paquita Luengo, la secretaria de Estado le aseguró que los 42 millones del año pasado, insistimos en el dato, ¡del año pasado!, están pendientes de transferirse a resultas de lo que decida el Consejo de Ministros, donde se sienta un tal Cristóbal Montoro que se la tiene jurada a Soria, y en mayor medida, a soltar la pasta que debe a las autonomías. Como mucho, lo que se trajo este miércoles para Canarias la consejera fue la sugerencia de la secretaria de Estado de que sean las arcas canarias las que adelanten los otros dineros (los 82 millones de 2013) de ahora a final de año, que ya veremos si finalmente el ministro de Hacienda suelta la mosca. Una sugerencia diabólica porque el plazo es corto e imposibilita invertir lo convenido, y acto seguido y en aplicación de la nueva doctrina de pagar solo lo que sean capaces de gastarse en el Servicio Canario de Empleo, se premiaría “la eficiencia”, esto es, la agilidad que tenga esa consejería de emplear con diligencia y rapidez esos fondos. Lo que no se gaste, para entendernos, Madrid entenderá que no nos hace falta en la segunda región con mayor tasa de paro de toda España. Eso es lo que se dará por perdido a partir de 2014. Y luego está la clave del arco: para adelantar 82 millones, el consejero González Ortiz tendrá que recortar de otras partidas, algo que se torna imposible del todo a estas alturas del año. Así que estamos en el punto de partida. Y Antona, con la soga al cuello, salvo que consiga un milagro, que lo tiene fácil, ¿verdad?