No, si al final hasta Carmelo Suárez, el intrépido representante empresarial de ni se sabe qué empresarios, se puede arrayar un millo (electoral). El director general de Obras Públicas, Domingo Berriel, hombre de Román y de tan buenos sentimientos con los viejitos -queremos decir con los coches viejitos-, a los que suele reparar después de meter en la GC-1 un enlace a distinto nivel que va en dirección a la galería de los horrores, ahora habla de quitarlo. Pero lo gordo es que el padrino de Carmelo Suárez ejecuta allí, en Mogán, un proyecto que contradice al planeamiento vigente exponiéndose a un parón que añadir a los parones de pongo enlace, quito enlace y tiro porque me toca. Puede este Berriel conseguir lo que nadie estaba en disposición de lograr: que Carmelo Suárez salga elegido concejal moganero. Un gallifante que le colocará rápidamente Coalición Canaria, por conseguidor.