Carmen Guerra, concejala de Limpieza, se lavó las manos como Pilatos a la hora de designar a la cuñada del alcalde gerente del invento. Pero no tuvo el menor reparo cuando tocó despedir a esas cuatro trabajadoras ni para vetar al hijo de su antecesora en el cargo, Inmaculada Medina, del PSOE. Daniel Calero, humorista, no consiguió presentar la gala principal de las fiestas de San Lorenzo a pesar de haber sido elegido para tal cometido por la comisión vecinal que las organiza. Carmen Guerra impuso su criterio: “El presentador será Roberto Herrera”. Cuando se le indicó que el elegido por la comisión de fiestas era Dani Calero, la concejala se erigió también en representante del humorista y afirmó que “él no puede porque tiene problemas de agenda”. Y al que no le guste, que se rasque, que volvió el PP.