Si el pacto lanzaroteño entre Coalición Canaria y el PSOE fuera realmente extrapolable a las instituciones regionales, no será por su originalidad. Porque desde 2007 CC, en este caso su rama ática, gobierna tan ricamente con los socialistas en el municipio tinerfeño de Los Realejos, con un alcalde nacionalista que supo repartir generosamente las principales áreas de gobierno con el PSC. Es cierto que el pacto ha atravesado algunas crisis, como todo pacto que se precie en Canarias, pero más cierto es que nadie lo ha puesto como paradigma para un renacer del dolce far niente entre unos y otros en el contexto regional. A mayor abundamiento, los principales dirigentes áticos, con Ricardo Melchior, Paulino Rivero y Ani Oramas a la cabeza, se lanzaron en su día al cuello del alcalde Oswaldo Amaro para tratar de torcer ese pacto y dirigirlo hacia el PP. Amaro se resistió y aquí no ha pasado nada.