El debate en el que sumergirán este sábado los socialistas canarios pasará, sin duda, por el análisis de la estrategia de oposición seguida hasta el momento en el Parlamento de Canarias. López Aguilar está convencido de que es la única posible, la que reclaman sus electores, y la que debe conducir al PSC a volver a ganar las elecciones en 2011, aún sin la mayoría suficiente para gobernar en solitario. Las encuestas revelan una pérdida de apoyo popular, pero hasta las más pesimistas siguen colocando al PSOE por delante del PP y de Coalición Canaria, por ese orden tan diabólico. Así las cosas, y siempre de acuerdo con la tesis del secretario general, dar oxígeno al Gobierno en solitario de los nacionalistas equivaldría a reforzar a ATI en su plaza tinerfeña y a dejar las manos libres a Román Rodríguez para hacer en Gran Canaria lo que le pida el cuerpo, tanto adelantarse y aliarse con sus antiguos compañeros, como encumbrarse a la presidencia del Cabildo con el apoyo del PP, al que le va a regalar la alcaldía de Arrecife. Parece alambicado, es verdad, pero cosas peores se han visto. Y se están viendo.