Tiene el PP en Santa Brígida a un concejal que conoce a la perfección toda la historia de los bolardos, desde su llegada hasta su huída. Se llama Lucas Bravo de Laguna, y como su propio apellido indica, de casta le viene al galgo. Pues bien, el nuevo arrendatario del mítico Bentayga, que explotara en las últimas décadas Carmelo Vega, viene a ser compadre de su padre de él, José Miguel Bravo de Laguna. Entonces, nos pusimos a hacer cábalas: si Vega no puso los bolardos siendo alcalde para presuntamente no perjudicar a los clientes de su Bentayga, y Soria-Jorge Blanco mandaron ponerlos ahora, ¿no querrían perjudicar al compadre de Bravo de Laguna, crítico, pero con elegancia, con Su Excelencia? Luego vendrían algunas otras polémicas y presiones, y vuelta a retirar los bolardos. Si es que son como niños. Emparentados, pero como niños.