José Manuel Soria conduce ahora un Bentley, cuyo precio en el mercado es de unos 200.000 euros de nada. Se trata de un coche de esos que controla la Agencia Tributaria, porque pocas personas pueden tener poder adquisitivo para aflojar tamaña pasta y luego invertir en su mantenimiento. En ocasiones ocurre que detrás de vehículos tan caros puede haber personas con tendencia a actividades fiscales poco claras, ya saben. La modalidad por la que Soria disfruta de este Bentley es la de “prueba” o “cesión”, porque generalmente el vehículo permanece bajo la titularidad del concesionario para ahorrar contratiempos fiscales al beneficiario y después de medio año de depósito del vehículo en sus garajes. La prueba o cesión es una modalidad a cambio de la cual el usuario termina por poseer finalmente el coche, pero no nos pregunten las condiciones particulares que han otorgado a Soria porque no las conocemos. Pero ya tiene un Bentley.