Resulta cuanto menos conmovedor leer en Canarias7 toda una sucesión de epítetos definidores del modo de actuar en política de José Manuel Soria, un modo que ha sido el mismo desde que saltó a la política en 1995 y que no ha cambiado desde entonces, muy al contrario, se ha ido enquistando en las instituciones por las que ha pasado merced a unos herederos que le emulan de manera peligrosa e irresponsable. Pero no está mal leer en el periódico de Juan Francisco García cosas como que Soria aplica “un apagón informativo” respecto a los datos de recaudación, algo denunciado aquí y desmentido por Hernández Bento, el interventor general, con un insolente artículo. O que el vicepresidente se dedica a recorrer platós de televisiones nacionales para promocionarse ante Génova, “en lugar de aplicarse a concretar el ajuste presupuestario al que le obliga el Ministerio de Economía y Hacienda”. El editorial termina pidiendo directamente a Paulino Rivero que rompa su pacto con el PP: “Esa dejación dice bien poco de quien aspira a presidir la Comunidad Autónoma y, sobre todo, alimenta la sensación creciente de que quizás el ajuste deba pasar precisamente por prescindir de quien -como también decíamos hace una semana- ha dejado de ser un garante de la estabilidad para convertirse en un factor de crispación, deslealtad institucional y promotor de una desarticulación de cabildos y ayuntamientos que resulta suicida en un Archipiélago que se ha construido precisamente desde las islas”.