Lo ocurrido este sábado en el Comité Insular del PSC tinerfeño, máximo órgano entre congresos, no es más que la muestra de un cisma larvado desde hace años en esa organización. La Ejecutiva de Nacho Viciana no encajó bien la derrota infligida por el sector que lidera, entre otros, Javier Abreu, del PSC lagunero. A los de Viciana, a los que se vincula con Santiago Pérez, se atribuye haber llevado al PSC a derroteros radicales y fuera del sistema, y de haber filtrado de modo instantáneo la presencia de cargos municipales imputados en causas penales en la nueva Ejecutiva Regional. Por contra, a los de Abreu y compañía se les acusa de estar en permanente connivencia con los poderes más profundos de ATI, hasta el punto de querer pactar con ellos a toda costa. Creen los de Viciana, que el PSC tiene equivocado el tiro apuntando solamente al PP, que es adversario peligroso sólo en Gran Canaria. En medio de la refriega, hombres como Paco Spínola tratan de imponer la paz, una tarea que se convierte en titánica en momentos pre electorales tan contaminados como el presente.