Los números que maneja la gerente aconsejaban fríamente cerrar la unidad de Cirugía Pediátrica Cardiaca, y por eso lo acordó la Junta Médico Asistencial, últimamente demasiado acostumbrada a los dichosos recortes. Pero ese es uno de esos servicios costosos que hay que mantener por tratarse de los pacientes que se trata y por el riesgo cierto, más el coste correspondiente, de los traslados urgentes a hospitales peninsulares. Pero tras el cierre de la polémica han quedado demasiadas preguntas sin responder, algunas de ellas formuladas directamente por este periódico al órgano correspondiente: ¿Es verdad que la clínica San Donato lleva dos años sin cobrar del Servicio Canario de Salud? ¿Es cierto que, a pesar de esa demora, el doctor Iacona sigue viniendo a operar con normalidad? ¿Ha ofrecido la clínica italiana ampliar sus servicios a intervenciones cardiacas a enfermos mayores de 14 años por el mismo precio? ¿El Servicio Canario de Salud rechazó esa oferta porque prefiere seguir desviando esos pacientes a Hospitén Rambla, en Santa Cruz de Tenerife, como cuentan los especialistas? ¿Cuánto cuesta cada cosa? ¿Qué especialistas y se quedan al frente del seguimiento de los niños operados por Iacona? ¿Llegará hasta diciembre la actual gerente del complejo Materno-Insular?