El abogado de Soria, Germán Guillén García, que sustituye por indisposición transitoria a Nicolás González-Cuéllar, hizo su papel a la perfección este lunes. Sus preguntas fueron dirigidas a demostrar la solvencia económica y moral de su patrocinado, que “no se dejaba invitar ni a una Coca-Cola Light”. Guillén le preguntó al imputado sobre el montante de su declaración y la de su esposa ante el fisco español, a lo que el vicepresidente del Gobierno contestó que “entre 150.000 y 160.000 euros de promedio anual, entre 2003 y 2007, cantidades que le parecen [al imputado] más que suficientes para pagar unas vacaciones de 4.000 euros”. No tenemos la menor duda, siempre y cuando no se pague además el colegio de los niños, los coches, otros viajes, los trajes a medida, el supermercado, el servicio doméstico, el IBI, las cuotas del club y una hipoteca de 5.000 euros al mes. ¿O el chalet también se pagó rompiendo la hucha?