No sabemos cómo, ese es el encanto de la nada platónica Caverna, pero de repente nos encontramos a los contertulios hablando de la muerte y del túnel con la luz al fondo que cuentan se ve cuando uno se olvida de respirar. Y en estas Olarte se descuelga con que uno de sus más desleales compañeros de la política, le apuñaló dos veces y entre tanta tracición hete aquí que el susodicho se pone malito de veras y vio la luz al fondo del túnel. Como es un caballero, se guardó el nombre para sí, pero nosotros que lo somos menos se lo contamos: se refería a Luis Hernández, ahora presidente de la Autoridad Portuaria y una de las grandes decepciones políticas del eterno candidato. Por cierto y para terminar, contó Olarte que su padre había entablado contacto con Miguel de Unamuno cuando éste navegaba de regreso a la Península. Que nosotros sepamos, Unamuno se fugó junto a Soriano en un velero que lo recogió. Quizá se confundiera con el trayecto de la Península a Fuerteventura.