Por lo demás, apuntamos humildemente algunos detalles a cuidar por este arriesgado director general si tiene en mente seguir por esta senda de programas morbosos/cariñosos especializados en conmover lo más profundo de la Canarias profunda. A saber: si se van a editar carteles con la foto de dos desaparecidos en Gran Canaria, contáctese con imprentas locales, que luego se ofenden cuando ven el pie de imprenta de Litografía Romero. No volver a colocar a Carmelo Rivero en un trono que emulaba al de la Virgen de la Candelaria. No mandar a nadie a presionar a los presentadores de la autonómica para que colaboraran con el especial. No mandar a una productora privada a convocar las manifestaciones espontáneas. Poner los títulos de crédito al final para que no parezca que el único que trabajó fue el director general, cuyo nombre de pila y apellidos sí aparecieron correctamente. No gastarse 120.000 euros por programa, que es mucha pasta. De nada.