Lo que sí quedó patente este jueves en el pleno de Santa Cruz de Tenerife es que Zerolo estaba a sus anchas, relajadito, sonriente, complaciente. No atacó a José Angel Martín apenas. Llanos también. Los únicos tristes eran los pobres trabajadores del Parque. Fueron seis al Pleno y salieron desinflados porque no ven seguro que vayan a volver a ser contratados. A fin de cuentas, el pliego de condiciones podrá instar a la nueva empresa a que los contrate, pero no lo puede imponer. Y Luis Gil no ha arrojado la toalla. Dice que opta a seguir explotando el parque cuando le dejen hacer fiestas (perdón, eventos), que es el verdadero negocio, ¡qué tontería es eso de piscinas públicas y una zumería, por Dios! O como dice el secretario de la sociedad mixta que dejó hacer y deshacer en el pasado ¿quién se enriquece con bodas, bautizos y comuniones? La BBC solamente.