Hemos desmenuzado las declaraciones ante el juez de José Miguel Rodríguez y Ubaldo Becerra y las náuseas ante la podredumbre no han hecho otra cosa que aumentar. Como ya saben nuestros lectores, ambos reconocen haber exigido y cobrado comisiones por obras y servicios municipales, y ambos se ofrecen, cual almas cándidas, a colaborar con la Justicia para esclarecer unos hechos de los que se muestran bastante arrepentidos. Lo cuentan todo casi desde el primer momento. Y el casi sólo responde a la transformación que experimenta José Miguel Rodríguez a medida que el juez le va haciendo oír su voz en las grabaciones. Tras el CD 116 vino el 119, y luego el 131, que recoge una conversación muy subida de tono con Ubaldo Becerra. Pero es ante el CD 136 cuando Rodríguez literalmente se lo hace encima y empieza a pedir rectificar sus palabras anteriores. Y donde dijo que no, a continuación dijo que sí, que había pedido y cobrado comisiones. Culpa a Antonio Hernández, el primer concejal de Urbanismo, de ser el que inventó el maletín, pero al que deja a los pies de los caballos es a Dimas Martín. El otro corrupto confeso, Ubaldo Becerra, hace lo propio cuando le toca el turno.