Ángel Salvador Llanos se ha despedido a la llanera, como dice el joropo: “Despedirme no quisiera / porque no encuentro manera...” Para celebrar el fatal desenlace del pacto entre su partido, el PP, y el de Zerolo, Coalición Canaria, aún con el pecho henchido de dolor y de orgullo ofreño, el pibe no tuvo mejor ocurrencia que reunirse con sus cinco concejales y sus 25 cargos de confianza (a cuatro per cápita) y lanzarles una soflama. Y ya se sabe que la emoción es mala consejera cuando se habla desde el dolor y el resentimiento, lo que llevó a ese valor en alza del PP a afirmar que en el Ayuntamiento de Santa Cruz “se han quedado los imputados y nos hemos ido los honrados”. Y sacudiéndose como un gallo cuando acaba de cumplir con su sagrado deber de hacer valer su gallada, Angelito se quedó a gusto, arropado por los enfervorizados aplausos de sus seguidores. Ahora toca analizar el alcance de tan sentidas palabras.