La armó en los juzgados de Santa Cruz de Tenerife ese fenómeno del nuevo periodismo canario que es José Rodríguez Ramírez, director y editor de El Día y mesías de la independencia de Tenerife y de aquellas islas que se quieran adherir al proyecto del que es insustituible ideólogo. Como les anunciábamos ayer, comparecía en un juzgado de primera instancia para responder a una demanda de Ángela Mena por no haber publicado en tiempo y forma una rectificación referida a las fabulosas historias mexicanas que el diario ha venido publicando para mortificar a Paulino Rivero. Como era de prever, don Pepito fue la estrella de la jornada, consideración que se ganó en el preciso instante en que hizo su entrada triunfal en los juzgados, momento que recoge la fotografía con la que ilustramos esta sencilla crónica de ambiente. Acompañado de su sufrido abogado, don José dedicó un delicado a la par que esbelto corte de mangas a los periodistas allí congregados, deseosos de conocer cómo iba a defenderse el ilustre editor ante una actitud -la suya- que no hay por dónde cogerla. Lejos de amilanarse ante tan grosera presentación, los plumillas se interesaron vivamente por cubrir la vista oral, y no sólo los presentes, sino unos cuantos que poco a poco fueron incorporándose para conocer las vicisitudes de este inigualable cocktail-man de ideologías, intereses, majaderías, nostalgias y leche merengada.