Por lo que dicen los afectados y por lo que consta en las demandas y denuncias interpuestas, el señor Carenzio ha prometido a sus acreedores suculentos intereses por el dinero que depositaban en sus manos, la mayor parte de las veces sin mediar contrato o un mísero recibo que poder exhibir ante la autoridad judicial para una reclamación de cantidades. Por eso algunos de los supuestamente estafados han optado en ocasiones por constituirse en los predios del broker para, mirándole a los ojos, exigirle la devolución de los ahorros de toda una vida. Los teléfonos del escurridizo napolitano ya no los descuelga nadie y cuando telefonea a sus clientes para pedirles calma lo hace ocultando el número del que opera. De ahí que algún que otro caso de sufrido estafado haya optado por desplazarse hasta Nápoles para entrevistarse con Carenzio, que los ha recibido de una manera muy peculiar, con la Policía italiana siguiéndoles como presuntos autores de un delito de chantaje o extorsión, lo que les conduce a tener que explicarse ante los agentes tras identificarse convenientemente y pasar el susto de sus vidas. En su casa de Vegueta, la esposa de Carenzio ha actuado de igual manera. Cuando este miércoles vio a una decena de afectados en la calle, ante a la puerta, llamó a la Policía para que los dispersara, pero al no haberse producido incidentes ni coacciones de ningún tipo, los agentes no actuaron contra los espontáneos manifestantes. La Brigada de la Policía Judicial empezará a investigar una denuncia llegada desde Tenerife cuando terminen las fiestas navideñas y la Fiscalía Anticorrupción curse las instrucciones oportunas.