La decisión de Toñín Ramírez de bajarse los pantalones por completo (hasta ahora los sostenía a la altura de las rodillas y decía que estaba vestido de terno) coincide con la entrada en el grupo de gobierno municipal de Santa Brígida de Javier Baeza. Este viernes se oficializará su reencuentro con el conservadurismo satauteño después de que el PP le acusara de tránsfuga por haber abandonado el partido de la gaviota junto a Carmelo Vega. Vuelve Baeza al redil, de donde no debió alejarse jamás, y convierte su voto en un tesoro de incalculable valor para el alcalde, Lucas Bravo de Laguna. Ya no es imprescindible el apoyo de Los Verdes para cualquier atropello que se le pueda ocurrir, pero ahora todo da igual: los ecopijos han renunciado hace tiempo a sus principios y a los cuatro años de denuncias contra un centro comercial que ha concitado a todas las fuerzas vivas satauteñas en su contra.