La verdad es que no nos lo podíamos creer porque pensábamos que el colmo de la estulticia en altos cargos ya había aflorado del todo con consejeros insulares como el mentado Hernández Sanginés, responsable del concurso Veo Veo, y Oscar Hernández, que se acuerda del monte público donde nunca hubo ni pajullos y se olvida del resto. Con estos dos políticos creíamos estar ya a la cabeza de la Unión Europea, pero nos equivocamos: ha nacido una estrella, ha irrumpido un crack. Conocíamos de su incompetencia rayana en la idiocia por intervenciones en la Cotmac, seguidas por un público alucinado en la Red. Pero la irrupción que este viernes hizo Miguel Ángel Pulido, director general de Vivienda, en un acto elctoralista de Soria, consistente en la colocación de la primera piedra de la nueva urbanización de Marzagán, es de tal nivel que si Coalición Canaria fuera un club social, la expulsión sería inapelable. Y si fuera un torero, se habría tragado 10.000 almohadillas de las 10.010 que pudiera haber en el ruedo. Su argumentación: Soria no ha hecho nada por esas viviendas, sólo cobrar la licencia, mientras que su departamento había dado la calificación que da acceso a que entidades bancarias financien las viviendas con créditos blandos. ¡Qué bárbaro! El señor Pulido ha de saber que el señor Soria ha hecho el mismo electoralismo que cualquier político al uso, para nuestra desgracia. Pero se da la circunstancia de que el único que puede presidir ese acto es el alcalde de la ciudad, cuya realidad ha protagonizado ese contecimiento. El señor Castro Cordobez, consejero de Obras Públicas y candidato entre candidatos, no hace eso del electoralismo ni cuando está en su isla natal de La Palma. ¿O estará cultivando enanos allí y en su consejería?