Se mascaba en el ambiente. Coalición Canaria de La Palma ha iniciado ya su purga por la izquierda después de una sucesión de desencuentros que tuvieron este viernes su cénit con el anuncio urbi et orbi de la marcha de una de las más señeras incorporaciones de la vieja Ican, Miguel Ángel Pulido. Quien fuera alto cargo de la Consejería de Política Territorial, hasta ayer mismo asesor para temas parlamentarios del consejero Domingo Berriel, ha roto con la Coalición Canaria que Antonio Castro Cordobez ha querido amoldar a su imagen y semejanza para respaldar a los que, desde la isla hermana de Tenerife, quieren descabalgar a Paulino Rivero de la candidatura presidencial y, de paso, preparar el terreno a un pacto de legislatura con el Partido Popular. Lo expresa así de claro y así de crudo en su carta de baja de CC Miguel Ángel Pulido, que renuncia a las prebendas propias de su condición de asesor gubernamental para regresar a su plaza de funcionario el Cabildo palmero. Antes hizo algo similar, aunque con menos ruido y en un salto salarial más abrupto, la que fuera consejera nacionalista en el Cabildo Maeve Sanjuán, que abandonó el puesto para regresar a su plaza de funcionaria del Inem con un tercio del sueldo oficial. Los motivos de la hija del histórico Antonio Sanjuan fueron más sangrantes: Castro Cordobez cortocircuitó sus opciones a ser secretaria general de Santa Cruz de La Palma por puro sectarismo marca de la casa. Se frustran de este modo las incorporaciones que en su día se produjeron en La Palma desde la extinta Ican en aquellos momentos en los que Antonio Castro cayó embelesado entre los madrigales de José Carlos Mauricio hasta creerse que el pérfido canarión acabaría proponiéndolo a él y no a Paulino a la presidencia del Gobierno. Evidenciado que los rojos no han hecho más que darle disgustos (ahora se empeñan en seguir apoyando a Rivero en congresos y en posicionamientos orgánicos), Castro ha optado por replegarse a sus primitivos orígenes de la Agrupación Palmera de Independientes (API), forzar la marcha de los irredentos y reformular su discurso insularista al modo más insularista todavía. Lo que sin duda hace las delicias de la ATI que también quiere recuperar sus esencias y abandonar esas zarandajas regionalistas a las que se ha entregado sin recato el presidente Rivero. El goteo de fugas no se ha hecho esperar.